Si grande es tu fama y tu belleza, No es menos tu divina concepción Que trajo la bendita salvación, Posible por tu fe, por tu pureza. 
martes, 8 de diciembre de 2009
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"POESIAS COFRADES"
Cinco Nombres para una Madre – Alfredo Fernández Giménez
1
Sabiduría
-“¿Qué contemplas, Madre, extasiada,
con esa luz en tu mirada
que traspasa y enamora
derramando belleza y dolor?”
-“A mi Señor y mi Vida,
la Salud de mis heridas,
el Amor de mi existir”.
-“Pero si muere en la cruz,
no te tortures, María,
no quieras tanto sufrir
contemplando tan atroz agonía”.
-“Aún ahí sólo Él es mi alegría,
toda mi sabiduría,
mi gozo y razón de ser.
Y si en la cruz vive clavado
la cruz será mi país
y mi contemplación mi Amor crucificado”.
Sublime cátedra siniestra,
revolucionadora de valores,
troca en sentido el dolor
ofreciendo desconcertantes respuestas ciertas.
Sabio misterio de entrega,
Luz que empapa el corazón,
lo penetra, fecunda y riega.
Dame, oh Madre, en tu bondad,
corazón para mirar,
ojos para aprender
y manos para alumbrar
la sabiduría divina
que en tu contemplación amante
ilumina ya tu semblante.
Cinco Nombres para una Madre – Alfredo Fernández Giménez
2
Piedad
Manos que abrazan entregas,
lágrimas que alumbran verdades,
ojos que adoran y callan,
regazo de despertares.
Toda la fe de la tierra
se agolpa en tus entrañas, Madre,
estandarte que eleva y sostiene,
nutre, dignifica y salva.
Muéstranos, Señora, al Maestro
que allane nuestros desiertos,
fecunda tú nuestro seno
con su Palabra en silencio.
Haremos lo que Él nos diga,
beberemos su cáliz prestos
si tus manos acarician
nuestras heridas y sueños.
Cinco Nombres para una Madre – Alfredo Fernández Giménez
3
Dolorosa
“Una espada de dolor te atravesará el alma”
Á spera corona oprimes, Madre,
con dolor en dulce gesto
contra tu pecho y corazón abiertos,
traspasados por palabras maduradas
en silencios, amarguras y amores,
desvelos y cumplimientos.
Clavada,
al pie de la cruz te derramas
en místico casamiento,
para sanar las heridas
del mundo
tu dolor y Su ofrecimiento.
Tu claro mirar en silencio
elevas
rubricando tu siempre sí encarnativo eterno:
-“Hágase en mí tu Verbo,
hágase también ahora,
hágase hasta el extremo.
Él es mi gozo y mi vida,
mi corona, mi amor, mi cielo”.
Cinco Nombres para una Madre – Alfredo Fernández Giménez
4
Esperanza
La vida se abre paso
a borbotones por tu rostro
venciendo toda evidencia
a fuerza de amor y ruegos.
En tus lágrimas claras
florece la fidelidad
de un sí
pronunciado en silencio
que rasga y atraviesa el tiempo.
Dame, Madre, esperanza
de amaneceres nuevos
en mis atardeceres yertos.
Sostén mi fragilidad,
Tú, que atisbas el cielo
y transfiguras en luz
la densidad del silencio.
Junto a mis tumbas, Señora,
vela, vela, te ruego,
que solo me ahoga el tedio
y me acongoja el miedo.
Bajo tu verde manto resistiré bien cierto,
esperando la nueva Luz
que un día alumbró tu seno.
Cinco Nombres para una Madre – Alfredo Fernández Giménez
5
Soledad
En tu soledad, Señora,
enmudece, respetuoso, el silencio;
la noche acalla sus luces,
los sabores se los lleva el viento.
Nunca tan densa la noche,
nunca tan desvelado el sueño.
Miles de estrellas descienden
a tu manto y a tu paso, Madre,
y ahogan su luz en llegando.
Tú sola resplandeces tanto…
Nunca una Madre tan madre,
nunca un regazo tan santo.
Amalgama de emociones,
soledades y quebrantos.
Dignificas cuanto miras.
Tú sola resplandeces tanto…
Nunca un dolor semejante,
nunca acompañado por tantos.
Recolectas soledades,
preñas de maternidad la tierra,
ya nadie en negrura queda.
Tú sola resplandeces tanto…
Mas blanquísima alborada
predices, presientes y adelantas.
¿No ardía el corazón solamente
al contemplarte sola?
Nunca una Madre tan clara.
Nunca una Soledad tan de amaneceres plena.